Señor te doy las gracias por este día, te pido que puedas bendecir mi vida, no quiero ser yo, sino la mujer (o hombre) que tú quieres que yo sea. En Jehová solamente he confiado, te pido me ayudes a ver cuando viene el dardo de fuego y pueda con tu ayuda vencer, ayúdame a despreciar la mentira y amar tu verdad. Gracias en el nombre de Jesús.
Salmos 12: 2 Habla mentira cada uno con su prójimo; Hablan con labios lisonjeros, y con doblez de corazón.
Hay muchas personas que no están siendo sinceras con su prójimo, con su pareja, con el hermano, con el compañero de trabajo y hasta consigo misma, y se acostumbran tanto a la mentira que hacen de ella una verdad. El que se deja guiar por la mentira es un mentiroso, la verdad no está en él y por tanto es un seguidor de Satanás y no puede considerarse hijo de Dios, porque el padre de la mentira es el Diablo, el no ha permanecido en la verdad y la verdad no está en él (Juan 8:44). Y ninguna mentira procede de la verdad (1 Juan 2:21).
Hay que tener cuidado con lo que hablamos, decimos y confiamos. Se siente mucha tristeza cuando vemos personas que conocemos y apreciamos, que creen hacer lo correcto, pero sus hechos dicen lo contrario, con sus labios expresan una palabra haciéndola creer verdadera pero en el fondo es un saco de mentiras porque tienen doblez de corazón. Jehová destruirá todos los labios lisonjeros y la lengua que habla jactanciosamente (Salmos 12:3). Un lisonjero es una persona que alaba hipócritamente e interesadamente a otra para conseguir un favor para ganar su voluntad.
He confirmado una vez más que si uno entrega su vida a Jesús y anda en sus caminos, respeta sus leyes y ordenanzas a uno le va a ir mejor en todo lo que emprenda y dondequiera que ande. Las palabras del Señor son limpias como plata refinada en horno de tierra, purificada siete veces (Salmos 12:6). Yo le motivo a usted a buscar de Cristo, a afirmar sus pasos, a no mentir, que no haga de la mentira su estilo de vida. Finalmente y compruébele usted mismo que en la eternidad “No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y MENTIRA, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero”. (Apocalipsis 21:27).
Dios le continúe bendiciendo.
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