No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. (Mateo 4:4)
En la tentación en el desierto el Señor Jesús tuvo tres ofrecimientos de parte del diablo. Jesús fue provocado después de haber ayunado durante cuarenta días y cuarenta noches. Estos ofrecimientos fueron: convertir las piedras en pan (v.4), suicidio (lánzate de esta parte alta) (v.5), adoración a Satanás (9). En cada uno de estos ofrecimientos la malignidad de Satanás se movía para tentar al Hijo de Dios.
No ha considerado que estos ofrecimientos sigan en este mundo, llevando a la tentación de poseer dinero, con tal de saciar deseos, placeres, mundanalidades, fama, importancia, etc. ¿De qué se apropio Satanás en la primera oferta? Del hambre. Pero este ofrecimiento es un pan sin Dios. En el segundo, la intención de Satanás de que Jesús o usted peque contra Dios, nadie puede tirarse de un edificio y sobrevivir, Satanás quería irrumpir la misión que Jesús venia a cumplir a este mundo. Tercero, Poder. Satanás le ofrece a Jesús que lo adore y a cambio le dará las posesiones de este mundo. Para Jesús y para cualquier cristiano que está firme y sabe a quién pertenece su vida no le dará importancia a los bienes de este mundo que son pasajeros. Cristo sabe que esta trampa es una herramienta que usa el enemigo para engañar al hombre, pues la trampa lo hace caer en la vanagloria, la fama, el ser importante en este mundo, pero alejado de Dios.
El hombre sin Cristo es capaz de cualquier cosa, con tal de ganar poder. El poder sin Dios es un poder con violencia. El suicidio no es la forma para demostrar que se tiene valor, que con morirse su familia podrá cobrar un seguro de vida para salir de las deudas, pero aunque se pague con ese dinero o se viva con ese dinero, usted no podrá estar con su familia, no los vera ni aquí ni en el cielo porque su alma se perderá y no habrá solución alguna. El pan mal habido no satisfará el estomago de nadie, no tendrá paz y vivirá con miedo no solo de ser muerto sino de que se termine con la vida de sus seres queridos.
Es mejor rechazar todos estos ofrecimientos y aceptar lo que Jesús dijo: Uno, no solo de pan vivirá el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios (v.4); dos, escrito no tentarás al Señor tu Dios (v.7) y por ultimo Jesús dijo: Vete, Satanás, porque Escrito esta: al Señor tu Dios adorarás y solo a él servirás. (v.10). Luego de eso Satanás se aparto y lo dejo.
Declare en voz alta en esta hora: yo pertenezco a Cristo, rechazo todo ofrecimiento del maligno y declaro que el que sigue a Dios es un cristiano esforzado y valiente. Soy parte el reino de Dios porque escrito esta……