No temas porque yo estoy contigo

Esta página ha sido diseñada para transmitir mensajes cristianos. El que Cambio Mi Vida, nace con la idea de poder llegar a otras personas que como yo un dia creyeron que no habia esperanza. Solo puedo decir que el Señor me ha enseñado a depender de El, a confiar en El y me ha preparado para servir en el ministerio como consejera, maestra, amiga y procuro servir de la mejor manera. Estoy muy agradecida por su amor y su perdón, por lo que hizo por mi, cuando ya nada tenía sentido. Estoy segura que para el Señor nada es imposible, rompe limites y para El no existen fronteras. Jesús te ama y por eso declaro que su fidelidad es grande y su amor eterno. Bienvenido y bienvenida a este blog y espero que sea de mucha bendición para tu vida.

martes, 27 de septiembre de 2011

Diario Devocional

¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? (Salmos 42.5)
Glorifique el nombre de Dios esta mañana. Si ha amanecido triste, afligido (a), está perdiendo la esperanza, necesita cambios que no están en sus manos hacer. Hay aspectos de nuestra vida que no está en nuestras manos cambiarlas pero hay otras que sí. Donde se necesita la fuerza de la voluntad para decir hasta aquí esto, o a partir de hoy cambio en esto y lo otro, decisiones firmes, positivas para cambiar la mente y el corazón. Hay otros aspectos que no se pueden hacer solos, se necesita de la ayuda del supremo, del ser superior.
Cuando uno se inquieta le duele todo. Se desespera, se entristece, llora, se lamenta, se deprime, grita, gime, en fin todo lo que el sistema nervioso hace cuando viene la inquietud. En este pasaje el salmista hace una similitud de un ciervo sediento, gimiendo en busca de agua, quien sabe cuántos kilómetros ha recorrido, escapando del enemigo que lo busca para matarlo y comerlo, aun con todo el sabe que el agua le dará fuerzas para seguir.
En un ocasión una mujer samaritana vino como de costumbre al pozo para recoger agua, allí tuvo un encuentro con Jesucristo, ella era una mujer que había tenido un pasado no tan agradable. En su encuentro Jesús le pide agua, ella le dice: - ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. El Señor le responde: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. En su dialogo, ella no se da cuenta con quien habla, lo cierto de todo es que ella también tenía sed, pero no del agua que iba a sacar del pozo, sino de la que Jesús ofrece, el agua viva. Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla. (Juan 4:9-15).
Así como aquel animalito clama por el agua, la humanidad también. El mundo está sediento, pero no sabe dónde ir a buscar, el cazador le ofrece muerte, Jesús ofrece vida, no la vida del cuerpo que un día se acabará, Jesucristo le ofrece paz para el alma y eterna salvación. ¿Quiere usted beber del agua que salta para vida eterna? Busque a Jesús, ríndase. Termina el salmista: ¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza y todavía lo alabaré. ¡El es mi Salvador y mi Dios! (Salmos 42.5).
Salva Señor a tu pueblo, rescátalo y dales que beban del agua viva y no tengan sed jamás.