¿Por qué entonces despreciaste la palabra del Señor haciendo lo que me desagrada? (2 Samuel 12:9).
¿Ha querido usted recibir una respuesta del Señor en ciertas circunstancias de su vida? ¿Por qué muchas veces dice, Dios no me escucha, no me responde, ya no me oye? Se queja, murmura o se resigna y hace a un lado a Dios.
Pero la respuesta que demanda de Él es lo que usted quiere escuchar y le conviene, pero no que sea revelado algo que usted ha hecho y lo mantiene oculto.Sentimos vergüenza cuando hemos hecho algo malo, pero en tanto los demás no se den cuenta y se mantenga el secreto no se ve como un problema, sino hasta cuando es revelado y se hace público el asunto, omitiendo que antes, hoy y mañana Dios ve todas las cosas.
Lo que le sucedió a David en relación a tomar la mujer de Urias, el Heteo, fue algo malo, en tanto pecó no lo vio como un problema, pero cuando ella le manda a decir que está embarazada y que este hijo es suyo y no de su esposo, el rey está en un problema, tanto social como espiritual. En relación a la sociedad sería visto como un rey hipócrita, mentiroso, pero claro, nadie lo podría ir a enfrentar. En cuanto a lo espiritual tendría que ser confrontado de un momento a otro. Dios utiliza al profeta Natán quien viene al rey enviado por Dios. David mando a Joab, general de su ejército poner en el filo del peligro en la guerra a Urias para que lo mataran y así Betsabe quedaría libre para poderse unir a ella. Pero Dios mando a David al Profeta Natán para que le descubriera su pecado, pecado que posteriormente tendría graves consecuencias.
Es así que Natán le habla por medio de una parábola. Un hombre rico (que es David), un hombre pobre (que es Urias), quien tenía una sola corderita (que es Betsabe) la cual fue quitada por el rico, pudiendo elegir dentro de otros rebaños. Dejando dolido al dueño de la corderita. David protesta y contesta a Natán: Vive Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte. El que hizo tal cosa no tuvo misericordia (v.5) A lo cual contesta el profeta Natán a David: Tú eres aquel hombre.
Las consecuencias del pecado de David fueron tristes. El primer hijo con Betsabe, murió. Sus hijos fueron rebeldes. Ammón violó a su hermana Tamar, Absalón quiso ocupar el lugar de su padre y deseo hasta su muerte. En cierto momento David dijo: He aquí, mi hijo que ha salido de mis entrañas acecha mi vida. Quizá Jehová mirara mi aflicción, y me dará Jehová bien por sus maldiciones hoy (16:12). Salomón fue rey pero se unió a mujeres extranjeras, el reino finalmente se dividió.
De tal forma, que el pecado trae severas consecuencias, hay que confesarlo, apartarse a tiempo, arrepentirse (Salmos 32 y 51), pagar el precio que uno debe pagar por la desobediencia, no debemos menospreciar la autoridad de Dios, pues El todo lo ve y no estamos ocultos a sus ojos. Que su vida sea limpia, regenerada, renovada en Cristo Jesús quien es el único que le puede dar el perdón y limpiarle de toda maldad. Dios le bendiga.
