No temas porque yo estoy contigo

Esta página ha sido diseñada para transmitir mensajes cristianos. El que Cambio Mi Vida, nace con la idea de poder llegar a otras personas que como yo un dia creyeron que no habia esperanza. Solo puedo decir que el Señor me ha enseñado a depender de El, a confiar en El y me ha preparado para servir en el ministerio como consejera, maestra, amiga y procuro servir de la mejor manera. Estoy muy agradecida por su amor y su perdón, por lo que hizo por mi, cuando ya nada tenía sentido. Estoy segura que para el Señor nada es imposible, rompe limites y para El no existen fronteras. Jesús te ama y por eso declaro que su fidelidad es grande y su amor eterno. Bienvenido y bienvenida a este blog y espero que sea de mucha bendición para tu vida.

viernes, 27 de enero de 2012

Diario Devocional

He aquí se ha acercado el día de tu muerte (Deuteronomio 31:14).
Continuamente confesamos que la muerte es algo natural que tenga que pasar en cualquier momento. Cuando uno es joven piensa que los más próximos a morir son los ancianos y hasta muchos dicen “está viviendo las horas extras”. Cuando somos creyentes decimos: “para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia” (Filipenses 1:21). Pero cuando alguien está enfermo y cae en cama, lo primero que pedimos es que el Señor le restaure y lo sane, lo levante y esa es la petición del corazón.
Si realmente el vivir el Cristo y el morir es ganancia, entonces para que preocuparse. Sucede de cierto modo que la muerte es causa de dolor, separación, tristeza, angustia, se pide la vida cuando uno tiene los hijos pequeños, cuando hay un futuro prometedor por delante, cuando la persona que sobreviva quedará sola, cuando no soportará el dolor y la separación.
Cuando Moisés iba a morir, le fue anunciado de parte de Dios: He aquí se ha acercado el día de tu muerte; llama a Josué y esperad en el tabernáculo de reunión para que yo le dé el cargo. Fueron pues Moises y Josué y esperaron en el tabernáculo de reunión y Jehová se manifestó. Y Jehová dijo a Moisés: He aquí, tú vas a dormir con tus padres… (v.14-16). No se encuentra que Moisés haya llorado porque estaba aferrado a esta vida, ya tenía 120 años, pero bien pudo vivir más. Lo que a él le dolió fue no haber entrado a la tierra prometida, fue su sucesor Josué quien pasó con el pueblo, Moisés solo tuvo el placer de contemplar de lejos desde el monte de Abarim, al monte Nebo situado en la tierra de Moab que está al frente de Jericó y mirar la tierra de Canaán que Jehová Dios heredaba al pueblo de Israel.
Piense usted por un momento, si Dios le dice que morirá, que es la hora que el ángel de la muerte venga por usted, sentir el frio y la presencia de este espíritu que viene en hora y fecha señalada. Le dará tiempo de arreglar sus asuntos, como pidió el rey Ezequías, (2 Reyes 20:1). ¿Estará usted a cuentas con Dios en este momento de su partida? ¿Le dirá ven muerte de todas formas para mí el morir es ganancia? ¿Cuál será su reacción?
Asegúrese en primer lugar de su salvación (Romanos 10:9-10). Que aun cuando la muerte venga, tendrá la paz del siervo Moisés, que estará tranquilo o tranquila al momento de partir y que dejará un legado a su familia, un cumplimiento de promesa que dormiremos con nuestros padres, su obra aquí en la tierra habrá terminado. No se trata de que tenga miedo, sino más bien valor. Dios le siga bendiciendo, prospere su camino y alumbre como una antorcha en la oscuridad en todos los aspectos de su vida.