No temas porque yo estoy contigo

Esta página ha sido diseñada para transmitir mensajes cristianos. El que Cambio Mi Vida, nace con la idea de poder llegar a otras personas que como yo un dia creyeron que no habia esperanza. Solo puedo decir que el Señor me ha enseñado a depender de El, a confiar en El y me ha preparado para servir en el ministerio como consejera, maestra, amiga y procuro servir de la mejor manera. Estoy muy agradecida por su amor y su perdón, por lo que hizo por mi, cuando ya nada tenía sentido. Estoy segura que para el Señor nada es imposible, rompe limites y para El no existen fronteras. Jesús te ama y por eso declaro que su fidelidad es grande y su amor eterno. Bienvenido y bienvenida a este blog y espero que sea de mucha bendición para tu vida.

viernes, 1 de junio de 2012

Dios, Dios mío eres tú.

Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,
En tierra seca y árida donde no hay aguas. (Salmos 63:1)
Que exclamación tan especial. Aquel que se acerca a Dios pidiendo un favor, un rescate, un auxilio, realmente rompe las barreras de la fe.  Y es que en las situaciones difíciles uno es probado, pero Dios mismo ha dicho que “no hay prueba que no podamos soportar, pues junto con la tentación el Señor nos dará la salida (1 Co. 10:13).  Pudiera escribir en cuantas situaciones como dijo el apóstol Pablo el Señor me ha librado, pero si puedo decir con convicción que en cada una de ellas, su presencia ha estado allí, cuando me ha tocado soportar, sufrir, llorar, esperar. No es fácil pasarlo en medio del torbellino, pero cuanta gratitud hay después de la tormenta, cuan preciosas pueden ser nuestras oraciones cuando decimos, Señor gracias, por haberme ayudado, sin ti no lo hubiera logrado.
El salmista David, escribe en un momento de mucha dificultad en su vida, su reino estaba tambaleando, su propio hijo le acechaba y quería ocupar su reino. Generalmente la sucesión de un rey se da por causa de muerte. El rey dijo: El corazón de todo Israel se va tras Absalón. Levantaos y  huyamos porque no podremos escapar delante de Absalón.  Con los  pies descalzos David huyo por el monte acompañado de su familia y la gente a su servicio.  El dejó la casa de Jerusalén y todo el país lloró, el rey también lloró subiendo por la cuesta de los Olivos, con su cabeza cubierta y los pies descalzos.  Posiblemente durmió en cuevas para salvar su vida, para que su hijo Absalón y su ejército no los matara. (Vea 2 Samuel 15-16).
Que angustioso  para un padre que su propio quiera ocupar su lugar. Que el padre o madre se sienta amedrentado, en esta situación solo Dios le puede ayudar. 
Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas, para ver tu poder y tu gloria, así como te  he mirado en el santuario. Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán.  Así te bendeciré en mi vida;  en tu nombre alzaré mis manos. (Salmos 63:1-4).
Pido al Padre en el nombre de Jesús que los hijos sean obedientes, respeten a sus padres, para que no acarreen maldición.  Pido por las familias enteras para que busquen el rostro de Dios y juntos puedan clamar en la necesidad, en la angustia. Tenemos un Dios grande que puede sacarle de cualquier situación. Y puedan declarar: Dios, Dios mío eres tú.
Dios le siga bendiciendo.  

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