¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! (Lucas 17:11-19)
Cualquiera que tiene una necesidad y que no encuentra respuesta en ningún lugar, pero que Dios en su misericordia lo sana, creo que sería un imposible después de haber recibido una respuesta tan grande volverse atrás. Cuando el alma clama al Dios Altísimo: “Ten misericordia de mi” está diciendo ayúdame, porque yo te necesito, ya no hay nadie que haga nada por mí, pero estoy seguro o segura que tu si puedes hacerlo, creo en ti y sé que tienes poder.
Es a través de Jesús que nosotros nos acercamos al trono de la gracia, es por medio de Jesús que nosotros encontramos socorro, ya que Jesús es el único mediador entre Dios y los hombres y no hay ningún otro modo de recibir un milagro. (1 Timoteo 2:5)
Los diez leprosos estaban en el camino por el cual Jesús pasaría. No cree que muchas veces Jesús ha estado por allí pasando por el camino donde usted está, queriendo que usted clame como aquellos leprosos, necesitados de atención, porque con una enfermedad de esas en aquel tiempo el contagio era inmediato y por tal razón ellos (los enfermos) eran echados fuera de todo aun de su misma familia, no había quien por ellos. Sin embargo, cuando vieron a Jesús, el Maestro, el Hijo de Dios, claman con una fe genuina, la fe que nosotros necesitamos, y con clamor hablando con el alma le ruegan: “ten misericordia de nosotros”. Querian ser sanos y fueron sanados.
Ni siquiera pidieron en forma individual, sino dijeron “ten misericordia de nosotros”, sabe porque. Porque el que sufre sabe lo que el otro está sufriendo, se conduele porque sabe lo que significa el sufrimiento, así que la rogativa es colectiva “nosotros”. Fue un samaritano, un extranjero que volvió agradecido, ni siquiera uno de su mismo linaje, y aun allí vemos al mismo Dios obrando en la vida de cualquier ser humano, porque los ojos de Dios no distinguen razas, lenguas ni naciones. Es el mismo Dios.
Acérquese hoy al Señor, con humidad, con corazón sincero, con sencillez de palabras, pero hágalo con el corazón. Cuéntele lo que le pasa, pídale misericordia y sin ninguna duda el responderá. Pero usted también responda con agradecimiento y venga a Él y sírvale.
1 comentario:
Bendiciones, he recibido el correo y es de mucha bendicion a mi vida.
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