Mas el justo por la fe vivirá (Habacuc 2:4)
Dios bendice al corazón humilde que se acerca a Él y cree en
verdad que es Dios sobre todos los dioses.
Dios capacita al que se acerca y los entrena para el servicio. No hay duda que el Señor ha venido trabajando
a través de los tiempos en aquellos que ha llamado.
Si uno mira alrededor de la sociedad en que nos movemos, el
hombre ve lo superficial, es admirado por sus logros terrenales, ya sea por
bienes que posee, estudios, el tener riquezas. Es el mismo hombre que enaltece
al hombre. El ego se inflama como la llama y en cuanto más se eleva más grande es el orgullo, crece de
tal manera que el hombre se vuelve inalcanzable.
En muchos lugares vemos en la cumbre a hombres que uno vez
parecieron ser humildes, pero en la medida que prosperaron se volvieron
orgullosos, arrogantes, groseros. La fama
es algo que puede llevar al éxito pero también a la perdición. Dios castiga a este tipo de hombres, porque
encima de esto se olvida de que existe Dios, niegan su eficacia, sus corazones
son insensibles a la voz de Dios, viven de acuerdo a su voluntad y no a la del
Padre.
Habacuc se queja de la injusticia, le dice al Padre: ¿Hasta Cuándo?
Yo te clamo, mira cuanta violencia. ¿Por qué haces ver iniquidad como si dijera
somos tu pueblo que te sigue y mira la opresión,
no lo soportamos? Continua Habacuc: Destrucción
y violencia están delante de mí y pleito y contienda se levantan, por lo cual
la ley está debilitada y el juicio no sale según la verdad; por cuanto el impío
asedia al justo, por eso sale torcida la justicia (Habacuc 1:1-4).
El profeta se queja de la situación que vive junto a su
pueblo, igual que hoy vemos tanta injusticia, leyes torcidas y los hombres están
en el poder tomando decisiones sin sabiduría. Pero para nosotros, igual que el
profeta hay una promesa: El justo por su
fe vivirá.
No importa lo que usted esté viendo hoy, es cierto hay
injusticia pero comencemos por nosotros mismos a ser justos, con cada uno la
sociedad irá cambiando. Crea a las promesas de Dios, el mundo no cambiara si nosotros
no lo hacemos. Dios le bendiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario