Y la vasija de barro que El hacía se echo a perder en su mano; y volvió y lo hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerlo (Jer. 18:3).
Recuerdo a finales del año 2002 estaba en la Iglesia con mi familia, era tiempo de Navidad y mientras se entonaban los cantos especiales, junto con mis dos hijas pasamos a cantar, nuestro grupo era Yireh y el tema de ese momento fue: Vaso en tus manos, de la cantante Paola Marino. En una de sus partes dice:
Espiritu Santo nunca me dejas en la batalla
Hazme sentir que moras dentro de mi ser,
Guíame en tus caminos, llename de tu ser
Purifica este templo que viva para ti
Hazme un vaso en tus manos,
Un vaso que te honre….
Y asi sigue el canto, repitiendo “hazme un vaso en tus manos”. Mi propósito en ese año fue ser un vaso de honra. En nuestra vida tenemos un libre albedrio para hacer con libertad lo que querramos hacer, pero de todo , tal como en Edén hay frutos prohibidos. La libertad no es para hacer libertinaje. La vida como una empresa debe tener una misión y una visión, planes, proyectos, presupuestos, acciones y efectos, debe hacerse un balance general y ver el estado de resultados.
Estamos por finalizar el año. Piense cuánto ha logrado hasta este momento, cuales serán los resultados finales, revise sus metas, los alcances y si al final se cumplieron sus propósitos. Divida su vida en partes: familiar, profesional o estudios, lo espiritual y una parte para su vida personal. De todas ellas cuantos avances ha tenido.
Aquella noche de fin de año en 2002 fue de muchas satisfacciones en mi vida, revisados todos los campos. Esa noche recibimos con mi esposo un sobre que contenía las calificaciones y el plan de estudios en el Seminario para el año 2003 que nos favorecía a los estudiantes del Seminario Biblico Centroamericano donde eramos estudiantes. Se llenó tanto mi corazón que sentí fue un regalo que Dios nos enviaba la noche de fin de año. Sabe cuál fue el propósito para el siguiente año, hice la declaración del apostol Pablo: “Prosigo a la meta al supremo llamamiento al supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús (Filipenses 3:14). Fue realmente la misma reacción de mi esposo. En mi corazón hubo una explosión de agradecimiento y dije: “Oh Dios, cuan maravilloso eres tu, haz trabajado en nuestra vida y hemos sido el barro en tus manos”. Y claro seguimos siendo un barro en proceso.
Siga adelante, revise sus metas y deje que su vida sea un vaso en las manos del Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario