Así perezcan todos tus enemigos, oh Jehová; Mas los que te aman, sean como el sol cuando sale en su fuerza. Y la tierra reposó cuarenta años. (Jueces 5:31)
Luego de la repartición de la tierra de Canaán y la muerte de Josué siguieron otras generaciones, las cuales hicieron lo malo ante los ojos de Jehová nuestro Dios. Aun cuando habían sido advertidos y aconsejados que el Dios verdadero estaría por ellos si obedecían y si hacían lo malo Dios se apartaría. Y el pueblo se comprometió a servir al Dios verdadero. “Esforzaos, pues, mucho en guardar y hacer todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés sin apartarse ni a diestra ni a siniestra (Josué 23:5) porque Jehová vuestro Dios es quien ha peleado por vosotros (Josué 23:3b).
Josué les insta a temer a Dios y servirle con integridad y en verdad, tres elementos necesarios en la vida de todo cristiano, “y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quien sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del rio, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová (Josué cap.24:15).
El tiempo que sigue posterior a la muerte de Josué es el periodo de los Jueces. El pueblo se fue en pos de los dioses falsos y volvieron a hacer lo malo. Incumplieron sus promesas, tanto hombres como mujeres se mezclaron con los habitantes de alrededor que no pudieron sacar ni vencer porque la mano del Señor se apartó de ellos, pero en su misericordia Dios levantó jueces o “libertadores”. Luego de vencer la tierra reposaba por años, es decir estaban tranquilos. Después el pueblo volvía a hacer lo malo y volvían al sometimiento de los reyes opresores, luego volvían a clamar a Dios y se levantaba otro libertador.
Cuando uno lee la historia de Israel no está lejos pensar que nosotros seguimos viviendo tiempos en los cuales estamos subyugados por causa del pecado, la indiferencia, la apatía hacia las cosas divinas las que son eternas, donde debemos estar; hacemos a un lado las promesas que nos motivan a seguir sirviendo al Dios verdadero. Cuando permanecemos en el camino verdadero, Dios peleará siempre por nosotros y no seremos vencidos: “Así perezcan todos tus enemigos, oh Jehová; Mas los que te aman, sean como el sol cuando sale en su fuerza….”. (Jueces 5:31)
Yo deseo que su vida crezca espiritualmente, que usted trabaje para la obra del Señor, dele lo mejor de su vida y agote su existencia porque un día vera la recompensa. Como dijo Josué que cada quien elija a quien servir pero confiese usted en esta mañana “Yo y mi casa serviremos a Jehová" (24:15.b.)
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