En el día del bien goza del bien; y en el día de la adversidad considera (Eclesiastés 7:14)
Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de que el hombre nada halle después de él. Muchas personas buscan la respuesta perfecta acerca de la existencia o no existencia de Dios. Del porque de las cosas, si son casualidad, si en verdad Dios tiene el control de la humanidad y todo lo creado. El mundo divaga, pero lo cierto de todo es que si no hay dirección, si no hay alguien que rija los designios de la naturaleza vamos en caída.
Un edificio debe ser construido en un terreno que soporte el peso del mismo, hoy día se construyen bases contra sismos, huracanes, evacuaciones en estado de emergencia se prevén edificios contra ataques terroristas, ventanales blindados, de tal modo que se estudia todo de tal manera que exista el mínimo de errores y el máximo de formas que brinde seguridad. Entonces los arquitectos, ingenieros, electricistas, etc., planean, se rigen por planos que aseguren una construcción a prueba de riesgo.
No cree usted que Dios es el arquitecto del universo. Que no le preocupe si el planeta Marte tuvo vida, si se puede edificar o vivir en la Luna, piense en usted mismo. Considere que es necesario cuidar lo que ha sido puesto en nuestras manos. Goce del bien en el día del bien y en el día de la adversidad considere, no para que cuestione porque algo le salió bien y otras salen mal. Que si Dios permite esto o lo otro. No piense más allá de lo permitido. Dios, dice la Palabra “hizo tanto lo uno como lo otro”, así que no piense más. Dios tiene el control de todo. De gracias a Dios en esta mañana, no importa lo que esté pasando. Siempre uso la palabra “simplemente” queriendo decir “que más”. El escritor de este libro antepone al versículo de hoy: “Porque escudo es la ciencia, y escudo es el dinero; mas la sabiduría excede, en que da vida a sus poseedores. Pida sabiduría (Lea Santiago 1:5-7) y úsela con provecho.
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