Diario Devocional

“Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad” (Lucas 2:14)
Comienzan a sentirse los fríos de la Navidad, es como un anuncio que vienen momentos de reunión familiar, todo de lo que se habla es de compras, regalos, planear la cena navideña, los niños se regocijan porque van a estrenar ropa nueva, van a tener juguetes, en fin es una euforia de alegría y regocijo. Otros ni siquiera quieren que venga la Navidad, porque les trae malos recuerdos, tal vez tienen una mala economía, hay enfermos, en casa o están enfermos, están pasando procesos que ni siquiera les hace pensar en estas festividades.
Veo la televisión y los anuncios de compre su refrigerador, televisor LCD, HD, su cámara fotográfica, invierta su aguinaldo, sáquele provecho a su dinero, en los supermercados los pasillos están llenos de rótulos con ofertas, lo que más se ve es productos navideños entrecomillas “oferta”. Ayer fuimos al Super, iba con nosotros mi nieto de 3 años y me señalo el pasillo de las frutas por don íbamos y me dijo mire “Navidad”, me quedé preguntando qué quiso decir es Navidad. Lo único que vi fueron listones rojos, paquetes, manzanas, uvas, rojas y verdes, el niño entiende que eso es Navidad, no sé realmente que quiere decir porque esta pequeñito, pero entiendo que identifica los colores, la música, el atractivo y eso es justamente lo que hace la mercadotecnia. Influir en la mente de las personas para que vean, sientan atracción y compren aunque no saben lo que compran, el punto es que para el mercado la Navidad es ventas, para las personas consumo.
No he visto hasta este momento un anuncio de televisión, o mensaje radial que indique que celebramos el Nacimiento del Salvador y Redentor del mundo, que Navidad es advenimiento, que debe producir en nuestro corazón gratitud por la venida del Salvador de la Humanidad, quien nació en un humilde pesebre, que no tuvo ropa de estreno, ni tampoco una cena suculenta. No hubo fiesta para todos, solamente para unos viajeros astrólogos que esperaban el cumplimiento del Mesías prometido y la estrella de Belén como señal de su nacimiento. Tampoco eran tres reyes magos, no lo dice la Escritura.
Si pensamos en el Nacimiento del Redentor, con esto llegamos a pensar que la Navidad es bonita. Si en su corazón siente que no existe la Navidad es que sus pensamientos están alejados de la verdad. Usted no se preocupe si no hay regalos, presentes, árbol, dinero, comidas para deleitarse, disfrute con lo que tiene ahora, no se deje llevar por las emociones, luego pasará esa semana tan esperada por el comercio y por los que quieren fiestas para sus propios deleites, siendo más una tradición que celebración espiritual. Regocíjese y medite, vaya a la Iglesia, hable con Dios en la intimidad, exprésele lo que siente, saque todo dolor, odio, venganza o placer carnal. Escuche música navideña pero no la que destruye el alma sino la que edifica, hay villancicos muy bonitos, disfrute aunque sea viendo pero no se enferme ni gaste lo que no tiene.
Dios le bendiga a cada uno, consideremos que Jesús es Vida, es Salvador, vino a este mundo para rescatar lo que se había perdido, El le ama, vino por su vida y murió por nosotros para darnos vida. Glorifique a Dios no importa por lo que esté pasando.