Dios nos tenga compasión y nos bendiga (Salmos 67:1)
Qué bueno tener un Dios de bondad, compasión, misericordioso, lleno de amor, comprensible. Desde la antigüedad el hombre anda en busca de un ser superior que lo dirija, los hombres del mundo se han aprovechado de la necesidad de personas que buscan un líder en su vida, volviéndose estos como dioses pequeños tratando de ayudar y entre comillas solventar la necesidad en el corazón del hombre.
Solo Dios, el Eterno, el Verdadero puede mostrar y comprobar al hombre que no hay otro camino que ir por el sendero de los justos. El Señor le está mostrando hoy su verdad. La verdad que Poncio Pilatos pudo escuchar pero que por instantes se le fue de las manos. Preguntó pero no espero la respuesta. El Señor Jesús vino a este mundo para enseñar su verdad.
Desde la antigüedad hombres profetas de Dios hablaron la verdad escondida, el misterio que después fue revelado, ellos en este momento en que vivimos no lo vieron pero sintieron en su corazón cuando Dios les hablaba, cuando les decía escribe, cuando les decía hablen, no callen.
Tome esta bendición para usted y los suyos en esta mañana (Salmos 67:1-2) :
“Dios nos tenga compasión y nos bendiga;
Dios haga resplandecer su rostro sobre nosotros,
Para que se que se conozcan en la tierra sus caminos,
Y entre todas las naciones su salvación”.
Jesús dijo: Yo soy el Camino, la verdad y la vida. Nadie llega al Padre sino por mí. (Juan 14:6)
El verbo se hizo carne. (Juan 1: 1-5) "En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. El estaba con Dios en el principio. Por medio de él todas las cosas fueron creadas; Sin él, nada de lo creado llegó a existir. En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad. Esta luz resplandece en las tinieblas, Y las tinieblas no han podido extinguirla”.
Aprópiese de la verdad y proclame las bendiciones para su vida.
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