No temas porque yo estoy contigo

Esta página ha sido diseñada para transmitir mensajes cristianos. El que Cambio Mi Vida, nace con la idea de poder llegar a otras personas que como yo un dia creyeron que no habia esperanza. Solo puedo decir que el Señor me ha enseñado a depender de El, a confiar en El y me ha preparado para servir en el ministerio como consejera, maestra, amiga y procuro servir de la mejor manera. Estoy muy agradecida por su amor y su perdón, por lo que hizo por mi, cuando ya nada tenía sentido. Estoy segura que para el Señor nada es imposible, rompe limites y para El no existen fronteras. Jesús te ama y por eso declaro que su fidelidad es grande y su amor eterno. Bienvenido y bienvenida a este blog y espero que sea de mucha bendición para tu vida.

viernes, 7 de octubre de 2011

Diario Devocional

Del Señor es la tierra y todo cuanto en ella hay (Salmos 24:1-a).

Quien es dueño de algo. Terrenalmente decimos “nosotros” y en cierta parte con nuestro dinero compramos, vendemos, adquirimos bienes y servicios, podría decirse que técnicamente lo que tenemos pertenece al Señor pero en la práctica nosotros disponemos del dinero. Explicado así, las posesiones que llegamos a tener son un beneficio para nosotros mismos, el reconocer que todo es del Señor es un acto de gratitud con acciones de gracias.
Ha despertado usted muy temprano por la mañana y ha visto como es el amanecer, ha sentido esa sensación de cuando lo oscuro y frio de la mañana va cambiando cuando aparece la claridad del sol y ha sentido el calor en su cuerpo, ver lo maravilloso de la salida del sol, es hermoso. Ha contemplado el amanecer en la playa, el ocaso tras las montañas, ha visto desparecer la luz para que la luna y las estrellas hagan su trabajo, es hermoso.
Ha visto la forma en que se desarrolla el vientre de una mujer cuando ha concebido, el nacimiento de los niños, el alumbramiento que es con dolor y el placer de sentir cerca de piel el contacto de un nuevo ser y como llegamos a amarlo, eso es hermoso.
Cuando los años pasan y la vejez viene con ella, la piel se surca y con ello el deterioro de los órganos, el peso de los años trae enfermedades y consecuencias de la vejez, al final de la vida nos toca partir. Pero al pensar que hemos hecho, cuánto hemos agrado al Señor, disfrutar de su vida y la plenitud, omitiendo los sufrimientos y todo aquello que a veces nos hace llorar, decimos es hermosa la vida. Listos para partir, pues más allá de la muerte hay una promesa de resurrección y vida eterna.
Esta vida se vive con Jesús, no solo al momento de partir con la esperanza de verlo, sino desde ya. Por eso digo, nadie es dueño de nada, especialmente de la vida. Dígale al Señor:
Señor, hazme conocer tus caminos; muéstrame tus sendas. Encamíname en tu verdad, ¡enséñame! Tú eres mi Dios y Salvador; ¡en ti pongo mi esperanza todo el día! Acuérdate, Señor, de tu ternura y gran amor, que siempre me has mostrado; olvida los pecados y transgresiones que cometí en mi juventud. Acuérdate de mi según tu gran amor, porque tú, Señor, eres bueno. (Salmos 25:4-7).

Dios le continúe bendiciendo.

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