Diario Devocional

Lo que ganes con tus manos, eso comerás. Salmos 128:2 (versión NVI)

Que sabiduría y consejo de parte del Señor. Bendice a la familia de una forma especial y como declara el salmista “No hay justo desamparado, ni que su descendencia mendigue pan” (Salmos 37:25).
Cuantas personas se acostaron anoche pensando que darles de comer a sus hijos hoy, como darle medicina al enfermo si el alto costo de los medicamentos impide comprarlos, el dinero no ajusta, todo está caro y pensar como llegar al final del mes con lo que se dispone.
El Señor nos ha dicho que debemos ser buenos administradores. En el tiempo de la abundancia recoger, ahorrar, almacenar como las hormigas; en el tiempo de la escasez hacer uso de los recursos que tiene y gastar con medida lo poco que tiene. Y dar gracias sea poco o sea mucho su salario, vea su trabajo como una bendición.
No reniegue, confórmese con lo que tiene ahora, no se desespere, parece una ilusión pensar en un lirio del campo con vestidos preciosos y un pajarito que es alimentado, quizás usted diga ¿Pero en que nos parecemos, ellos no tienen las obligaciones que yo tengo? El Señor hace una ilustración cuida tanto de ellos como de la humanidad. El está diciendo “yo soy quien los visto, yo les doy alimentos” si lo hago con ellos, que no haré con ustedes “. (Lucas 12:27).
A veces Dios permite que pasemos algunas situaciones para detenernos a reflexionar donde está puesta nuestra fe, si en los bienes de este mundo o las promesas que son eternas. No cae un pajarito a tierra si el Señor no lo permite (Mateo 10:29) Confíe, simplemente confíe, y eso hago yo también aunque no vea otra cosa que nubarrones o un desierto.
Lo que ganes con tus manos eso comerás. La mayor riqueza que un hombre puede tener es su familia. Es por ellos, que el pan y el aceite no faltarán en tu mesa. Mire los frutos al lado de la mesa, ellos son como plantas de olivo, su esposa como una vid de uvas, esas son las bendiciones mayores que el Señor le regala.
Oración: Padre glorioso, gracias por la familia, gracias por las parejas que siguen esperando sus vides, gracias porque mandas el pan de cada día, nos alimentas como a los pájaros. Bendice a tus siervos y que aprendan a confiar y depender de ti. Extendemos nuestras manos en señal de gracias por las canastas llenas de provisiones para llevar a la mesa de tus hijos. Suple toda necesidad de quienes hoy claman tu nombre. En Cristo Jesús, amén.