Si tiene falta de sabiduría pídala a Dios
El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;
Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza (Prov. 1:7)
Se ha fijado que cuando pensamos en la sabiduría, viene a nuestra memoria la palabra “sabio” y podemos referirnos a otra persona, pero nunca pensar que usted y yo podemos ser sabios.
La sabiduría se obtiene de la experiencia, lectura, estudios, etc. Pero ojo, hay dos tipos de sabiduría, la terrenal y la espiritual. La primera es humana. Encontramos en la carta a Santiago, que la sabiduría terrenal es animal y diabólica, es la que produce celos, contención en el corazón, jactancia, mentira contra la verdad, esta sabiduría no es la que desciende de Dios. (Vea Sgt. 3:13-15).
La segunda, la que proviene de Dios es pacifica, es por ello que ante cualquier reacción que nos produzcan una respuesta o alteración en el sistema nervioso, se puede responder con tranquilidad. Una persona equilibrada emocionalmente no se exaspera con facilidad, busca la paz y responde con la misma quietud aunque la otra persona este descontrolada.
El mismo apóstol declara que de una fuente no puede salir agua dulce y salada, es una o es la otra. Con la boca se puede bendecir o maldecir, y esto no puede ser así.
La versión NVI describe la sabiduría de lo alto: “En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacifica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera. (v.17).
¿Cuál de las dos fuentes está usted utilizando? Le parece bien llevarse de encuentro a las demás personas sin sentir nada de pena o exhortación de parte del Espíritu Santo. Considera que su carácter es así y que nadie se lo puede cambiar. Déjeme decirle que hay refranes que dicen que “con la misma vara que mide será medido”. A nadie le gusta que lo traten mal o con desprecio. Dios rechaza las actitudes de personas que hacen diferencias entre uno y otro, pues para él todos somos iguales. Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes (Sgt. 4:6).
No piense que su dinero, triunfos universitarios o una alta posición lo hacen grande, sino la humildad y como dice la Palabra, “el que se exalta será humillado y el que se humilla será exaltado”. (Sgt. 4:10) En la versión NVI el apóstol escribe: “dejen de presumir y de faltar a la verdad” (Stg. 3:13b). Versión RV ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.
Reflexione sobre su conducta y andar diario. Pida perdón si ha hecho daño a su amigo, compañero, familia, esposa, hijos, etc. Si usted es la persona ofendida, perdone. Pues Dios se encargará de lo demás.
Bendiciones,
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