No temas porque yo estoy contigo

Esta página ha sido diseñada para transmitir mensajes cristianos. El que Cambio Mi Vida, nace con la idea de poder llegar a otras personas que como yo un dia creyeron que no habia esperanza. Solo puedo decir que el Señor me ha enseñado a depender de El, a confiar en El y me ha preparado para servir en el ministerio como consejera, maestra, amiga y procuro servir de la mejor manera. Estoy muy agradecida por su amor y su perdón, por lo que hizo por mi, cuando ya nada tenía sentido. Estoy segura que para el Señor nada es imposible, rompe limites y para El no existen fronteras. Jesús te ama y por eso declaro que su fidelidad es grande y su amor eterno. Bienvenido y bienvenida a este blog y espero que sea de mucha bendición para tu vida.

jueves, 20 de octubre de 2011

Diario Devocional

Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina… (I Timoteo 4:16)

El apóstol Pablo escribe a Timoteo, le recuerda e instruye acerca de los cuidados y advierte sobre algunas falsas enseñanzas que se estaban introduciendo en la iglesia de Éfeso. Pablo le dijo a Timoteo que en el futuro las iglesias enfrentarían ese mismo problema. Eso era una gran verdad: hoy vemos muchas sectas que confunden a algunos cristianos y hay iglesias que enseñan doctrinas que no son bíblicas.
Pablo recomendó a Timoteo ¡cuidado con la falsa doctrina! No presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora. Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida. Lo que mueve a Pablo a hacer esta advertencia es por amor a la iglesia. La falsa doctrina es capaz de destruir a una congregación.
Como podemos descubrir una falsa doctrina: 1) no enseñan la verdad, queriendo ser doctores de la ley sin entender lo que hablan ni lo que afirman, es decir se desvían, se apartan a vana palabrería, hablan sin fundamento. (1 Timoteo 1:6,7)
¿Qué dijo el Espíritu que pasaría en el futuro? (1 Timoteo 4:1-3) Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad.
Si usted quiere andar en la verdad, es importante que siga el modelo bíblico. Es decir rodéese de personas que viven y enseñan la verdad a pesar de las tribulaciones que pasen en la Iglesia, soporte como buen o buena evangelista. Aférrese a las Escrituras (2 Timoteo 3:10-17). Es decir sea maduro (a) a fin de hacer siempre la voluntad de Dios.
No ande divagando de aquí para allá, ni de allá para acá como el soplido del viento que lleva las nubes para donde sea sin saber adónde va. Afirme sus pies y no se deje engañar. Si usted es miembro o líder en su iglesia local, no permita que alguien enseñe a la congregación una doctrina que no es bíblica.
Oración: Dios y Padre celestial ayuda a tu pueblo Señor a saber discernir entre la mano derecha y la izquierda, Dios permite que seamos hallados fieles, aprobados, te ruego por aquellos que aun no te han conocido y los que andan débiles sean fortalecidos. Te lo pido en el nombre de Jesús. Haga su propia oración.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Diario Devocional

Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. (Salmos 40:1)
Hace unos cuantos años atrás pasé una prueba económica. Junto a mi esposo teníamos una pequeña empresa cada uno. En determinado momento las cosas no iban tan bien, las ventas habían bajado y uno de los autos necesitaba reparación. Así que una mañana oré y dije Señor aquí está esta fotocopiadora solo necesito que mandes clientes. Cada día durante dos semanas el Señor estuvo mandando los clientes y el producto de ventas en el día cubría para pasajes para nuestros hijos y comida, nada más. Una noche yo estaba sentada en la sala cuando el teléfono timbró, era una amiga vecina que me invitaba a tomar un café en su casa y me dijo le voy a dar un pedazo de queso del que trajo mi esposo que andaba de viaje. Me fui, tomamos el café, platicamos, a la hora de despedirnos me dio el queso que me había prometido y para mi sorpresa la cantidad de queso era alrededor de diez libras o hasta doce. Era prácticamente la mitad de lo que ella había recibido y ni siquiera sabía de mi situación. Aquel regalo fue una bendición, pudimos comer más de diez días ya los frijoles no estaban solos (una forma de decir que no había mucho de que disponer). Agradecí al Señor y vi su misericordia, hasta hoy no lo he olvidado.
Dios es fiel, cuando dice que con paciencia esperemos, tenemos que hacerlo, no hay porque desesperarse, el Señor da las cuotas que necesitamos, llega a tiempo nunca tarde. Si dice espera, tienes que hacerlo. Luego, El conoce nuestra condición y sabe de qué cosa necesitamos y sabrá suplirla, El escucha, no lo dude, oye el clamor de su pueblo, por eso es que nuestras oraciones no son vanas cuando sabemos pedir.
Usted puede ir por todo este pasaje del Salmo 40 y se dará cuenta de muchas cosas:
- Me sacó del pozo de la desesperación. Yo no sé qué en que pozo usted se encuentra
- De lodo cenagoso. En lugar de salir es posible que se haya ido hundiendo en el pantano, pero su mano estará allí.
- Puso mis pies sobre peña y enderezó mis pasos. Al colocarle en lugar firme, seguro, usted ya no pataleará, ni resbalará con facilidad, pues sus pies están firmes, puede confiar que está en lugar seguro. La Roca es Cristo.
- Puso luego en mi boca cantico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Ya no dirá maldiciones, ni sus palabras serán groseras, efímeras, hirientes, con usted misma y hacia otras personas. No vivirá en lamento sino que su corazón andará alegre aunque las circunstancias oscuras estén allí, porque podrá declarar alabanza y bendición a nuestro Dios.
Podemos ir sacando cada palabra, y cada una de ellas tendrá significado para cada uno de ustedes, pero en el versículo 8 sin duda está la declaración para este día: 7.Entonces dije: He aquí, vengo; En el rollo del libro está escrito de mí; 8. El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón.
Si usted quiere que aparezca su nombre en el libro, repita esta oración: Padre, hoy me acerco a ti, quiero hacer tu voluntad, quiero que escribas mi nombre en el libro de la vida, quiero ser salvo (a), perdona mis pecados, me arrepiento de ellos, sálvame por tu misericordia, yo quiero hacer tu voluntad. Te lo pido en el nombre de Jesús, Amén.

martes, 18 de octubre de 2011

Diario Devocional

-Señor, si quieres, puedes limpiarme. (Mateo 8:2)

La lepra es una enfermedad infecciosa, no transmisible cuando está debidamente tratada, en los pacientes no tratados si constituye una fuente de contagio. La lepra fue históricamente incurable, mutilante y vergonzosa, al punto en que entre otras medidas (1909) los pacientes con lepra fueron excluidos como medida esencial del no contagio. Se sabe que la lepra afecta la humanidad desde al menos el 600 a.C. (F: Wikipedia).
La lepra se presenta con aparición de manchas en un punto de la piel con preferencia en las extremidades, en los codos, rodillas y cara, las cuales toman una forma más o menos redondeada, lívida, vinosa o grisácea. Al cabo de algún tiempo, que pueden ser varios meses y aun años, estas manchas son remplazadas por elevaduras hemisféricas o aplastadas, del tamaño de un perdigón al de una avellana, de consistencia dura, rojizas, parduzcas, que pueden resolverse dejando una depresión o causar ulceraciones muy profundas.
Los leprosos en los tiempos de Jesucristo eran personas marginadas totalmente del ámbito familiar y social. Digamos que los enfermos se sentían miserables, olvidados, rechazados, eran objeto de violencia por el rechazo de las personas. En levíticos se nos narra la condición de este tipo de personas: la persona que contraiga una infección se vestirá de harapos y no se peinará; con el rostro encubierto irá gritando: “impuro, impuro” y será impuro todo el tiempo que le dure la enfermedad. Es impuro, así que deberá vivir aislado y fuera del campamento” Lev. 13:46-46).
En este ámbito Jesús va bajando de una ladera de la montaña, lo siguieron grandes multitudes. Allí había un hombre que tenia lepra no dice la Escritura si estaba en las laderas de la montaña o se coló entre la multitud. Vino delante del Señor, pudiendo haber muerto por la turba, o apedreado por la multitud, como decimos nosotros, “se jugó la vida”. Directamente se acerca al Señor y le dice: - Señor, si quieres, puedes limpiarme. (Mateo 8:1-4)
NO se ocuparon muchas palabras, sino el deseo en el corazón de un hombre que quería ser sano, quizás ya nadie iba a hacer algo por él. Este hombre quería tener la oportunidad que otros cuando vinieron al Maestro a pedirle un milagro. El quería su propio milagro. Yo quiero mi propio milagro. Usted quiere su propio milagro. Mire usted la calamitosa situación de este hombre, era un leproso, indigno, rechazado, sin embargo contra todo se acerco al Señor y este no lo rechazó.
Dice la Escritura que Jesús, también en pocas palabras, extendió su mano y tocó al hombre. Le afirma que sí puede sanarlo. –Si quiero – le dijo- ¡Queda limpio! Y al instante quedó sano de la lepra.
¿Habrá alguna necesidad en su vida que requiera un milagro? Si la hay, no desmaye, levántese y siga adelante. Tenemos un Dios grande y misericordioso, quizás no pueda respondernos como se lo pedimos, pero al menos una respuesta nos dará. Acérquese al Señor confiadamente y pídale que sin duda el estará por usted y le responderá.
Dios le bendiga.

jueves, 13 de octubre de 2011

Diario Devocional

El Señor es compasivo y justo, nuestro Dios es ternura (Salmos 116:5)

La declaración de este Salmo posiblemente nos haga acercarnos más al Señor. Cuando las circunstancias negativas imperan y Dios responde, nuestras manos se levantan al cielo en señal de gratitud.
Una madre que necesita medicina para su hijo enfermo, un anciano que va por la calle, con paso lento, tal vez con hambre, sed, o la necesidad de que una mano buena le tome la mano y le cruce la calle. Un viajero que se ha perdido en la ruta y necesita alguien que le oriente y lo vuelva a la ruta correcta. El niño que necesita a su mami cuando ella tiene que salir para irse a trabajar, aun en el llanto el niño se consolará y sabrá que mami estará de vuelta por la tarde.
Así como los padres amamos a nuestros hijos, mayor es el amor del Dios del cielo. Declara el salmista: Yo amo al Señor porque él escucha mi voz suplicante. Por cuanto él inclina a mí su oído, lo invocaré toda mi vida (v.1).
Si Dios no estuviera con usted y conmigo realmente desfalleceríamos y no habría nada que pueda consolar el entristecido corazón.
Anímese en esta mañana, recurra a esa declaración porque sabe, nuestro Dios es compasivo y justo, nuestro Dios es ternura. El nos ha librado muchas veces de la muerte, ha enjugado las lágrimas de nuestros ojos, no le ha dejado tropezar. Aunque usted diga que se encuentra muy afligido (a), siga creyendo en Dios. Si ha perdido algo valioso, un ser querido piense que Dios estaba allí cuando usted pasaba ese proceso.
Ofrézcale al Señor un sacrificio de gratitud, invóquele y cumpla sus promesas al Señor. Declare en esta mañana ¡Alabado seas Señor!
Dios le bendiga.

martes, 11 de octubre de 2011

Diario Devocional

Yo sé bien que tú lo puedes todo, que no es posible frustrar ninguno de tus planes. (Job. 42:2)
Por cuantas situaciones pasó el siervo Job para llegar a comprender al final de su larga y penosa enfermedad que sin el Señor no hubiera podido superar su dolor, su pena, vergüenza, sentimientos amargos, pues en algunos momentos sintió que la vida no tenía valor y que únicamente solo Dios podría librarle de la pena que embargaba su corazón.
Si hay lectura que toca lo profundo de mi corazón es la vida de Job y me enseña a esperar, confiar y depender del Señor, pues mayores fueron sus sufrimientos que los que pueda estar pasando. Jesús también paso el proceso amargo del dolor, el sufrimiento, desprecio, la humillación, el escarnio y todo lo que hemos leído acerca del proceso que tuvo que pasar en la cruz del Calvario.
Cree usted que puede superar la pena que lleva dentro, hay motivos para seguir adelante, hay un camino que solo puede ser encontrado a la Luz del Mesías. La Palabra dice que ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. Usted debe entrar por la puerta angosta (Mateo 7:13).
Jesús dijo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la LUZ de la vida (Juan 8:12). Jesús vino para dar testimonio a fin de que todos creyesen en El. (Juan 1:7).
Lastimosamente los hombres amaron más las tinieblas que la luz, en Jesús está la vida. Si usted quiere vivir, pida a Jesús le de vida, le alumbre el Camino y ríndase ante El. También el Señor dijo que es necesario que cada uno tome su cruz y lo siga, seguirlo implica dejar muchas cosas que nos atan y retienen para ser libres. Ha visto Usted a una persona encadenada, está limitada a hacer cualquier esfuerzo y por mucho que intente liberarse lo que hace es lastimarse aun más. Pero crea que Cristo rompe las cadenas.
En tiempos de Herodes I, Cuando Herodes echó mano de algunos de la Iglesia para maltratarles, mató a espada a Jacobo hermano de Juan, también prendió a Pedro. Detuvo a Pedro y lo puso en la cárcel, entregándole a cuatro grupo de soldados cada uno para que lo custodiasen. Mientras Pedro estaba en la cárcel la Iglesia hacia sin cesar oración por él. Dice la Palabra que Herodes iba a sacar a Pedro sin duda para matarlo, pero un ángel del Señor lo despertó y le dijo levántate pronto y las cadenas se le cayeron de las manos. Estaba libre y así pudo salir de la cárcel.
Crea realmente sea cual sea la situación que la oración puede mucho y aferrarse al Señor como lo hizo Job para declarar: Yo sé bien que tú lo puedes todo.
Dios le bendiga.

lunes, 10 de octubre de 2011

Diario Devocional

Maestro: Concédenos que en tu glorioso reino uno de nosotros se siente a tu derecha y otro a la izquierda. (Marcos 10:37).

Conceder es facilitar o responder a un deseo. Dos hermanos, discípulos de Jesús, camino a Jerusalén. Jesús va pensando el momento en que se cumplirá la captura y muerte. Sus discípulos van con miedo. En ese momento se acercan Jacobo y Juan y le dicen a Jesús: que quieren pedirle algo y que les sea concedido. Jesús pregunta: ¿Qué quieren que haga por ustedes? Ellos dicen: Concédenos que en tu glorioso reino uno de nosotros se siente a la derecha y otro a la izquierda. En Mateo capitulo 20 encontramos que fue la madre de Jacobo y Juan quien pide el favor, que Marcos omite o no lo menciona así, el resto del texto es el mismo.
Jesús les pregunta si ellos estarían dispuestos a beber la copa (la copa amarga que debía beber el Señor) y pasar el por el bautismo con que él iba a ser bautizado (muerte). Dijeron que sí, que estaban dispuestos. El Señor les dice: No saben lo que piden. Les concedió pasar una parte del proceso, pero el sentarse a su izquierda o derecha solo es otorgado por nuestro Padre Celestial. Que es necesario que si quieren ocupar un lugar, antes de ser líderes deben ser siervos. El Señor se pone como ejemplo cuando les dijo: Porque aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos (v.45).
Les menciona que los que lideran en este mundo o se consideran jefes de las naciones oprimen a sus subalternos y los altos oficiales abusan de su autoridad. No así en el reino establecido por Dios. Al contrario el que quiera hacerse grande entre ustedes –les dijo- deberá ser su servidor.
Entiende usted el mensaje. Primero, el ocupar un lugar en la Iglesia no le hace superior a los demás; el ser parte de un concilio o ministerio es para que sirva a los demás y no enseñorearse de ello. Es puesto en un cargo de la Iglesia para que sirva y ayude a los hermanos y todo aquel que quiera ser parte de la congregación. Esta puesto para hacer misericordia y suavizar el dolor del otro, a reconciliar no ser un divisionista, peleonero o contencioso. Esta puesto en su lugar para continuar la obra de aquellos que como Jacobo fue decapitado (ver Hechos 12:1-3); Pedro, Pablo, Juan y muchos de los que creyeron pagaron con su vida el precio por causa del evangelio. A usted y a mí nos toca continuarlo.
Quiere ocupar un lugar en la Iglesia, esfuércese para ganarlo, sea humilde y pida al Señor el lugar que él quiere darle. Espere y confíe para todos hay un lugar. Es un gran honor ser parte de la familia de Dios. Le animo siga adelante.

viernes, 7 de octubre de 2011

Diario Devocional

Del Señor es la tierra y todo cuanto en ella hay (Salmos 24:1-a).

Quien es dueño de algo. Terrenalmente decimos “nosotros” y en cierta parte con nuestro dinero compramos, vendemos, adquirimos bienes y servicios, podría decirse que técnicamente lo que tenemos pertenece al Señor pero en la práctica nosotros disponemos del dinero. Explicado así, las posesiones que llegamos a tener son un beneficio para nosotros mismos, el reconocer que todo es del Señor es un acto de gratitud con acciones de gracias.
Ha despertado usted muy temprano por la mañana y ha visto como es el amanecer, ha sentido esa sensación de cuando lo oscuro y frio de la mañana va cambiando cuando aparece la claridad del sol y ha sentido el calor en su cuerpo, ver lo maravilloso de la salida del sol, es hermoso. Ha contemplado el amanecer en la playa, el ocaso tras las montañas, ha visto desparecer la luz para que la luna y las estrellas hagan su trabajo, es hermoso.
Ha visto la forma en que se desarrolla el vientre de una mujer cuando ha concebido, el nacimiento de los niños, el alumbramiento que es con dolor y el placer de sentir cerca de piel el contacto de un nuevo ser y como llegamos a amarlo, eso es hermoso.
Cuando los años pasan y la vejez viene con ella, la piel se surca y con ello el deterioro de los órganos, el peso de los años trae enfermedades y consecuencias de la vejez, al final de la vida nos toca partir. Pero al pensar que hemos hecho, cuánto hemos agrado al Señor, disfrutar de su vida y la plenitud, omitiendo los sufrimientos y todo aquello que a veces nos hace llorar, decimos es hermosa la vida. Listos para partir, pues más allá de la muerte hay una promesa de resurrección y vida eterna.
Esta vida se vive con Jesús, no solo al momento de partir con la esperanza de verlo, sino desde ya. Por eso digo, nadie es dueño de nada, especialmente de la vida. Dígale al Señor:
Señor, hazme conocer tus caminos; muéstrame tus sendas. Encamíname en tu verdad, ¡enséñame! Tú eres mi Dios y Salvador; ¡en ti pongo mi esperanza todo el día! Acuérdate, Señor, de tu ternura y gran amor, que siempre me has mostrado; olvida los pecados y transgresiones que cometí en mi juventud. Acuérdate de mi según tu gran amor, porque tú, Señor, eres bueno. (Salmos 25:4-7).

Dios le continúe bendiciendo.